Ayer se acercó al colectivo un chico muy angustiado que vino hace tiempo al grupo de derechos humanos. Vive con su novio en su piso de Ruzafa y sus nuevos vecinos son tres chicos skins que les están haciendo la vida imposible. Les insultan, les han puesto varias veces cola en la cerradura, les ponen música con letras homófobas a altas horas de la noche, les pegan golpes en la pared.
Hoy me he reunido con él, también estaban otros vecinos que están sufriendo las consecuencias de tener a tres niñatos descerebrados de vecinos y representantes de la asociación de vecinos del barrio.
Ya han puesto seis denuncias y han tenido que llamar a la policía en varias ocasiones. Incluso se han alquilado un piso en otro barrio por la presión psicológica y el miedo que sufren por su integridad física.
Estos hechos tienen una solución muy complicada pero contarán con todo nuestro apoyo e incluso de los abogados que colaboran con el colectivo porque lo único que les queda es seguir denunciando y recopilar pruebas de las agresiones constantes que están sufriendo.
La homofobia sigue existiendo y será muy difícil erradicarla pero tenemos que seguir trabajando en ello. Desde los colectivos, con el apoyo de toda la sociedad, de los partidos políticos, de los sindicatos, para articular entre todos y todas estrategias para la educación en la diversidad y que la heterosexualidad no sea un hecho automático en la vida de las personas.
Esperemos que estos chicos tengan suerte y estos indeseables se vayan pronto.
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