martes, 4 de diciembre de 2012

Las familias LGTB en la revista religiosa Alandar

El mes pasado contactaron conmigo desde la revista de información social y religiosa Alandar, a través de una chica que conocí en el Grupo de Asuntos religiosos de Lambda cuando era coordinadora general, pidiéndome un artículo en el que hablara desde un punto de vista personal de las familias homoparentales, nuestras vivencias y nuestra realidad. Y esto es lo que salió. Espero que os guste.

http://www.alandar.org/spip-alandar/?El-mismo-amor-los-mismos-derechos

Me casé con Núria el 9 de julio de 2006 y compartíamos ceremonia con nuestros amigos Jose y Sergi. El hecho en sí no hubiera tenido mayor importancia si no hubiera sido porque dos parejas del mismo sexo se casaban en el mismo momento que el papa Benedicto XVI se encontraba a unos metros ofreciendo la misa del V Encuentro Mundial de las Familias, organizado con el apoyo de las instituciones valencianas y subvencionado por todos los valencianos y valencianas. Los sectores más conservadores consideraron nuestra boda una provocación y un insulto pero nuestro objetivo no era otro que visibilizar y reivindicar la existencia de otros muchos modelos de familia excluidos de ese encuentro. Y lo quisimos hacer con un acto de amor y de compromiso como es una boda. Nos acompañaron y nos apoyaron nuestros familiares, amistades, compañeros y compañeras… como ocurre en cualquier boda.




Pocas voces, pero muy poderosas, han manifestado en reiteradas ocasiones su oposición a que parejas del mismo sexo pudiéramos tener hijos, cuestionando nuestra idoneidad, nuestra capacidad de educar y de criar, de amar. Pero la realidad es que las personas que compartimos nuestra vida con una persona de nuestro mismo sexo podemos tener hijos hace muchos años porque, individualmente, hemos podido adoptar y acceder a procesos de reproducción asistida desde la década de los 80, sin olvidar que no somos estériles y hemos tenido hijos e hijas en relaciones con personas de sexo contrario. Hemos luchado siempre -y lo seguimos haciendo- es para que nuestros hijos e hijas tengan los mismos derechos que el resto. Que no se les excluya ni se les discrimine y que puedan tener el amparo legal de su otro progenitor o progenitora, algo que no ocurrió hasta la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en el año 2005.



En mi caso personal, yo siempre había querido ser madre y recuerdo que mi madre me animaba continuamente a hacerlo porque era una gran ilusión para ella ser abuela, pero nunca llegó a conocer a su nieta porque murió antes de que naciera. Me cerré esa puerta por la imposibilidad de darle a mi hijo o hija toda la seguridad jurídica que debía tener y lo descarté. Pero el cambio legislativo que se produjo en el año 2005 me abrió la puerta de nuevo y Núria y yo nos lo planteamos en el año 2008. Si teníamos un hijo, podríamos registrarlo como hijo de las dos. En un largo proceso nos quedamos embarazadas y en abril del año 2010 nació nuestra hija Laia.



Actualmente tiene dos años y medio y, si tuviera que definirla en pocas palabras, diría que es una niña inmensamente feliz, alegre, risueña, vivaracha, curiosa e inteligente. Es una niña emocionalmente equilibrada porque recibe un torrente de amor por parte de sus madres, abuelos, tíos y tía, amigos y amigas desde el mismo momento en que nació. Porque fue una niña muy deseada, no fuimos madres por azar o porque tocaba, sino porque queríamos y lo deseábamos en una decisión muy meditada. Jamás hemos recibido muestras de rechazo o discriminación por parte de nadie, empezando por las propias matronas el día de su nacimiento. Nuestras vecinas y vecinos están encantados con ella y ven a nuestra familia como una más después de la curiosidad inicial.



Varios estudios realizados por el Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad de Sevilla demuestran que nuestros hijos e hijas muestran perfiles muy parecidos al resto de los niños y niñas, siendo su única diferencia más destacable la mayor tolerancia a los roles de género. Y todo ello solo tiene una explicación y es que el equilibrio emocional de un niño no tiene nada que ver con la orientación sexual de sus progenitores sino con cuestiones relacionadas con el cariño y la educación.



*Luisa Notario es coordinadora de l’Espai de Famílies del Col·lectiu Lambda









viernes, 9 de noviembre de 2012

Somos constitucionales: el fin del absurdo

Siete años después de que el P.P. presentara un recurso en el Tribunal Constitucional utilizando así el último cartucho para recortar los derechos de gays, lesbianas y bisexuales, este lo ha desestimado dándole un buen revés a la homofobia de esta gente que hoy se presentan celebrando también el dictamen. La hipocresía en su máxima expresión.

Siete años ha sido tiempo suficiente para que pudieran retirar este vergonzoso recurso, pero han agotado el tiempo y ahora pasarán a la historia como el partido que lo intentó todo para que nuestra igualdad no fuera posible.

No olvidemos nunca la historia de nuestra libertad y nuestra felicidad.



domingo, 21 de octubre de 2012

¿Tengo derecho al tratamiento de fertilidad?

El 20 de octubre de 2012, El País publicó este artículo escrito por Jaime Prats en el que colaboré.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/19/actualidad/1350675283_805811.html


En el País Vasco, Andalucía o Baleares, una lesbiana o una mujer soltera puede acudir a un centro de reproducción asistida de la red sanitaria pública y someterse a un tratamiento para ser madre. En Madrid, Cataluña, Murcia o Castilla-La Mancha, no. En estas comunidades autónomas la mujer no tendrá más remedio que pagar a un centro privado para quedarse embarazada.




La ley es igual para todas las administraciones sanitarias. Lo que marca la diferencia es la interpretación que se hace en cada una de ellas. En especial del requisito que alude a la necesidad de que exista “un diagnóstico de esterilidad o una indicación clínica”. Más aún, depende de lo que los departamentos de salud entienden por esterilidad. Si es una cuestión estrictamente fisiológica o si va más allá, en cuyo caso, se considera que no solo se trata de resolver problemas puntuales de trastornos de la capacidad reproductiva, sino hacer accesible la maternidad a los distintos modelos de familia. De ahí las acusaciones de que los posicionamientos más restrictivos están alimentados por argumentos ideológicos que limitan el concepto de familia a la unión formada por un hombre y una mujer.



Cobertura por comunidades

Existen diferencias asistenciales entre regiones, como refleja la información facilitada a este diario por diversos sistemas de salud autonómicos.



- Andalucía: En la gran mayoría de los hospitales se atiende a solteras o lesbianas, salvo algún ginecólogo que se acoge a la literalidad de la norma que exige un diagnóstico clínico de esterilidad para negarse.



- Baleares: También se atiende, los requisitos son ser mayor de 40 años, no tener un hijo sano de la misma pareja o ser VIH negativo.



- País Vasco: Las mujeres sin pareja masculina pueden acceder siempre que sean menores de 40 años. Se permiten hasta tres ciclos de fecundación in vitro y entre cuatro y seis de inseminación artificial.



- Madrid: Solo pueden acceder mujeres con diagnóstico de esterilidad. Tampoco se permite a personas con vasectomía o ligadura de trompas.



- Cataluña: Limitado a parejas heterosexuales con diagnóstico clínico de esterilidad. Esta misma condición se aplica en otras autonomías como es el caso de Asturias, la Comunidad Valenciana, Murcia o Castilla-La Mancha.

La ley de Reproducción Asistida de 2006 deja bien claro que las usuarias de estas técnicas son las mujeres mayores de 18 años “con independencia de su estado civil y orientación sexual”. Ello, explícitamente, incluye a las solteras y a las lesbianas. Además, la medicina reproductiva actual no se limita a combatir los problemas de esterilidad de las parejas que no pueden tener hijos (normalmente, se entiende que hay un trastorno cuando transcurrido un año de relaciones sexuales no hay embarazo). También se extiende a parcelas como la prevención de enfermedades a través de técnicas como la selección genética de embriones. O a la medicina reproductiva con finalidad sustitutiva, aquella que sirve de alternativa a la reproducción sexual, no necesariamente vinculada a problemas de esterilidad. Bajo este concepto encajan los tratamientos tanto de mujeres solteras como de lesbianas con pareja.



En ambos casos, la ley no deja dudas de que son susceptibles de recibir tratamientos de reproducción asistida. E incluso que no cabe discriminación por orientación sexual o estado civil. De hecho, no existe ningún problema en acceder a técnicas de inseminación artificial o fecundación in vitro en centros de reproducción asistida privados.



Entonces, ¿cuál es el problema? No es lo mismo que sea legal con que la prestación esté incluida en el catálogo de servicios mínimos que ofrece la red sanitaria pública. El real decreto 1030/2006 define la lista de servicios que ofrece la Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud. En lo que hace referencia a la reproducción humana asistida, la cobertura se limita a los casos en los que exista “un diagnóstico de esterilidad o una indicación clínica establecida, de acuerdo con los programas de cada servicio de salud (...)”.



La ley es igual para todos, pero se interpreta de forma diferente

A esta redacción, un tanto abierta y ambigua, se han acogido los distintos sistemas de salud autonómicos que o han cerrado las puertas a las mujeres solteras o a las lesbianas, o nunca las tuvieron abiertas. Pero también para negar a otros potenciales pacientes como a mujeres que se hayan sometido previamente a una intervención de ligadura de trompas y deseen ser madres.



El debate sobre si la red pública debe hacer distinción entre las parejas heterosexuales u homosexuales o si debe dejar al margen a las solteras no es nuevo. Hace algo más de un año una pareja de mujeres asturianas denunció el veto de su comunidad autónoma a permitirles acceder a este servicio en un hospital público y puso el foco sobre esta cuestión. Pero desde entonces, la cuestión no ha perdido vigencia. Una muestra de ello es lo sucedido recientemente en la Comunidad Valenciana.



Las unidades de reproducción asistida de los principales hospitales públicos, salvo alguna excepción, trataban con normalidad tanto a solteras como a lesbianas, según apuntan distintas fuentes sanitarias. Y así ha sido a lo largo de los últimos años, hasta que la Generalitat ha dado un golpe de timón y se ha alineado con las autonomías que siguen la interpretación más limitada de la cartera de servicios.



Lo ha hecho a través de un documento distribuido entre las unidades de reproducción asistida y los servicios de ginecología de la red pública titulado Criterios para la prestación de técnicas de reproducción humana asistida en centros hospitalarios públicos que ha comenzado a aplicarse a la vuelta del verano.



Este texto solo reconoce como población subsidiaria de los tratamientos de fecundación a aquella “afectada por un trastorno clínico documentado de la capacidad reproductiva”. Además, añade: “los solicitantes deben acreditar su situación de pareja de convivencia, de hecho, o matrimonial”. También recuerda que se encuentran excluidas de financiación las prestaciones de reproducción asistida que se realicen “cuando la esterilidad de algún miembro de la pareja se haya producido voluntariamente”, lo que deja fuera a las parejas en las que la mujer se haya sometido a una ligadura de trompas o, en el caso de los hombres, a una vasectomía.





Valencia ha dado instrucciones para dejar de atender a estas mujeres

El documento remite al Real Decreto 1030/2006 para restringir de esta forma las técnicas de reproducción asistida e impedir el acceso de personas en las que “el motivo de la demanda sea una opción personal y no responda a motivos clínicos”. Y lanza una velada justificación económica al enmarcar este cambio de postura en “la evolución de la sociedad y de la sanidad pública”, motivos que han provocado la necesidad de “redefinir” los criterios de selección de pacientes valencianas.



Si algo aporta este documento es transparencia, al fijar unos criterios claros para acceder a los tratamientos de reproducción asistida. Tanto Luisa Notario, que hasta el mes de marzo fue responsable del grupo de familia de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), como Francisco Pérez Milán, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), coinciden en la inequidad que supone para las lesbianas o a las mujeres solteras que el hecho de que puedan someterse a tratamientos de fecundidad en centros públicos dependa de su lugar de residencia. Incluso entre los distintos sistemas de salud que corren con los gastos, existen diferencias. “Algunas regiones asumen el coste del semen que se adquiere de los bancos privados para el proceso de fecundación [puede alcanzar los 300 euros]; otras no, y es la paciente la que corre con ello”, indica el presidente de la SEF.



Este argumento, el de la indefinición normativa y la consecuente heterogeneidad en las prestaciones en reproducción asistida de los centros públicos es uno de los principales motivos planteados por el Ministerio de Sanidad para comenzar por esta parcela la revisión de la cartera de servicios del sistema de salud (junto a la reproducción asistida están en el punto de mira los cribados, la rehabilitación y los implantes oftalmológicos).



Pero conviene no olvidar que la revisión de prestaciones forma parte del paquete de medidas de ajuste emprendidas por el departamento que dirige Ana Mato para ahorrar. Hasta el punto de que el ministerio prevé ahorrar hasta 700 millones de euros cuando se complete el cribado de prestaciones de la cartera.



Los profesionales niegan que vetar a estos colectivos implique ahorros

Por ello, desde algunos sectores —tanto profesionales de la reproducción asistida como asociaciones vinculadas a colectivos homosexuales— existe el temor de que, con la excusa de la homogeneización y, sobre todo, el ahorro, este proceso acabe por traducirse en una equiparación a la baja de prestaciones y se excluya en toda España la financiación pública de las técnicas de fecundación a lesbianas y solteras.



Pérez Milán, que acudió a la reunión del grupo de expertos convocada el pasado 14 de septiembre por el ministerio para abordar la revisión de las prestaciones en reproducción artificial, quiere darle una oportunidad a Sanidad. Este ginecólogo, que dirige el servicio de reproducción asistida del hospital Gregorio Marañón de Madrid, sostiene que se pueden adoptar medidas de ahorro “sin que ello implique una contracción en la cartera”.



Un ejemplo de ello estaría, según profesionales del sector, en la selección y adquisición de medicamentos más baratos, por ejemplo, los relacionados con la estimulación ovárica. Por ello considera que la revisión de la cartera puede ser una oportunidad para arrojar luz a la situación actual.



Luisa Notario es bastante menos optimista. “Creo que con la excusa de la situación económica y la crisis se va a meter la tijera y nos van a sacar fuera”. La activista del movimiento LGTB está convencida de que detrás de los argumentos económicos, como plantean tanto las nuevas directrices de la Comunidad Valenciana como el Ministerio, existe un sustrato ideológico que trata de obstaculizar el acceso a la maternidad a modelos de familia alternativos al tradicional.



Ana Monzó, es coordinadora de la unidad de reproducción asistida del hospital La Fe de Valencia y vicepresidenta de la SEF. Más allá de estos cargos, “como profesional” sostiene que no debe restringirse el acceso a lesbianas o mujeres solteras a los centros públicos: “lo considero muy injusto”. “La esterilidad es un problema médico y emocional”, añade. Pero además advierte de que dejar de atender a mujeres solteras o lesbianas no supondría ningún ahorro para las arcas públicas. Por un lado, porque este tipo de intervenciones son muy poco numerosas respecto a las que se practican a parejas heterosexuales. Pero, además, si se impide el acceso a estas mujeres, su lugar en la lista de espera lo ocuparán otras pacientes, por lo que la única consecuencia será que se tratará al mismo número de casos, con la diferencia de que todos serán parejas heterosexuales.



Hay quien cree que los motivos económicos ocultan discriminación

Aquí es donde Luisa Notario considera que existe un factor de discriminación. La exrepresentante del grupo de familia de la FELGT insiste en la idea de que no habrá ningún ahorro. No solo por los motivos apuntados por Ana Monzó. Añade uno más. Al no presentar, en general, problemas de esterilidad funcional, las mujeres con pareja homoparental tienen mayores probabilidades de quedarse embarazadas mediante inseminación artificial, un proceso que en los centros privados cuesta a partir de unos 1.000 euros, frente a los 6.000 de un ciclo de fecundación in vitro. De cerrarse definitivamente los quirófanos de los centros públicos a este grupo de pacientes, el potente mercado de los centros privados concentraría toda de demanda, incluida la pequeña porción de mujeres solteras y lesbianas que aún se le escapa en contadas autonomías.



Una portavoz del Ministerio de Sanidad apunta que el criterio ideológico no tendrá ningún peso en la revisión de la cartera de servicios, que está sujeta a razones científicas. “Por eso se ha convocado a especialistas de sociedades científicas y de las distintas autonomías”, apunta.



¿Cuál es la opinión de los especialistas respecto a la atención en centros públicos a solteras o lesbianas para que puedan acceder a sus deseos de maternidad? Su presidente señala que la SEF “no tiene una postura definida”. Este “no es un debate sanitario o de salud reproductiva, sino social”. Y añade: “Son los sistemas sanitarios los que deben definir si están dispuestos a financiar este tipo de tratamientos. No creo que sea una cuestión sanitaria, sino que entra dentro del posibilismo económico”.



“Es una discriminación ideológica”

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Elena (izquierda) y Raquel en el comercio que regentan. / JORDI VICENT



El caso del matrimonio de Raquel, de 36 años, y Elena, de 33, es tan ridículo que podría resultar cómico si no estuviera en juego el deseo de ser madre y la lucha por conseguirlo en al ámbito de la sanidad pública. Raquel tiene esterilidad de origen no especificado. Así figura en un documento elaborado por el ginecólogo que la atendió cuando la pareja acudió a su consulta, en un centro público de salud sexual y reproductiva de Valencia, para trasladarle que eran una pareja homoparental y que querían que Raquel fuera la madre biológica de su hijo.



La primera visita fue en marzo de este año. Entonces, el especialista le encargó a Raquel distintas pruebas (citología, análisis de sangre y una histerosalpingografía para ver el estado del útero y los ovarios) y la remitió a la unidad de reproducción asistida del Hospital Clínico. Todos los resultados confirmaron la esterilidad. Sin embargo, en julio, el hospital les denegó la solicitud. Entre marzo y ese mismo mes de julio, la Generalitat había cambiado las reglas de juego y había vetado el acceso a lesbianas y solteras a sus centros de reproducción asistida.



Raquel y Elena acudieron al servicio de información al paciente de la Consejería para presentar una queja. Allí les comunicaron que, de acuerdo con un real decreto del año 2006 y los nuevos criterios de la Generalitat, solo se tratarían casos con “diagnóstico de esterilidad o indicación clínica”.



Raquel, según su ginecólogo, es estéril. “No puede ser otra cosa que una discriminación por razón de orientación sexual”. “Si el médico nos extiende un informe con un diagnóstico de esterilidad, ¿cómo pueden tumbarnos la solicitud precisamente por no ser estéril?”, señala Raquel. El caso está pendiente de recurso.


lunes, 25 de junio de 2012

Diversidad Familiar (Ofelia Vila)

Publicado en Levante-EMV el sábado 23/06/2012
http://www.levante-emv.com/opinion/2012/06/23/diversidad-familiar/915249.html

Cada vez que oigo al arzobispo Reig Pla verter sus opiniones acerca de los matrimonios entre personas homosexuales, me invade una fuerte sensación de indignación y tristeza. ¿Cómo un representante de jerarquía eclesiástica puede tener un conocimiento tan imperfecto de la realidad? La respuesta es obvia: no se relaciona con ella y eso le coloca en un estadio divino que nada tiene que ver con lo humano.


Algo parecido le pasa al Partido Popular, que sigue empeñado en no retirar el recurso que tiene interpuesto ante el Tribunal Constitucional en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Pero, ¿por qué le molesta? Es curioso que no permita su felicidad y en cambio, no se preocupe en absoluto de las miles de familias que tienen a todos sus miembros en paro, que van hacia la miseria por culpa de los ajustes que recortan derechos.

Por esa postura intransigente, este arzobispo y determinados dirigentes políticos no conocerán nunca la gratificante felicidad que emana de dos de mis amigas, que celebraron su matrimonio cuando se produjo la visita del papa a Valencia. No contaron con su bendición, pero, en un acto solemne, sí contaron con el apoyo, el cariño y la complicidad de las personas que tuvimos el honor de asistir al enlace. Ahora tienen una preciosa hija que las colma de alegría. Y no observo ninguna diferencia entre esta familia y las familias que la tradición bendice: las formadas por personas heterosexuales. Bueno sí, hay diferencias porque ellas han tenido que luchar contra la intransigencia, la incomprensión y el rechazo de la Iglesia y la derecha más conservadora.

Las dificultades que han pasado han desarrollado, más si cabe, su sentido de la solidaridad y el afán de defender su hogar y su familia con tesón. Y en este empeño, el amor que las llevó a unirse todavía se ha fortalecido más. Su hija es una niña preciosa, pizpireta y revoltosa que no tiene ningún tipo de trauma con los que amenazan la derecha más reaccionaria y algunos representantes de la jerarquía eclesiástica. Muy al contrario, crecerá con la riqueza de los valores que la diversidad familiar otorga a la sociedad.

En estos tiempos convulsos, no podemos renunciar a ese derecho básico que todo ser humano tiene: conseguir su felicidad, basada en la libre opción de elegir a la persona con la que compartir tu vida. Mucho nos ha costado conseguir que sean reconocidas legalmente las uniones diferentes a las que la tradición, las costumbres y la ordenanza religiosa nos habían impuesto, para que ahora las soflamas viscerales que se lanzan desde los púlpitos o desde algunos foros políticos nos restrinjan las libertades.

Por eso es tan importante participar en la manifestación del Orgullo LGTB, que hoy saldrá del Parterre en Valencia a las 19 horas. La defensa de los derechos laborales y sociales de este colectivo es inaplazable.

sábado, 31 de marzo de 2012

Adios a Adrienne Rich

Siempre estarás entre nosotras.



Durante su carrera exploró temas como los derechos de las mujeres, el racismo, la sexualidad, la justicia económica y el amor entre las mujeres.

Rich. La poeta estadounidense Adrienne Rich, cuyos versos con contenido social influyeron en una generación de feministas, activistas por los derechos de
los homosexuales y pacifistas, ha muerto. Tenía 82 años.

Rich murió el martes en su casa en Santa Cruz por complicaciones de artritis reumatoide, dijo su hijo, Pablo Conrad. Había vivido en Santa Cruz desde la década de 1980.

En su literatura, Rich exploró temas como los derechos de las mujeres, el racismo, la sexualidad, la justicia económica y el amor entre las mujeres.

Rich publicó más de una decena de títulos de poesía y cinco colecciones de textos de no ficción. Ganó el Premio Nacional del Libro de Estados Unidos por su colección de poemas "Diving into the Wreck" en 1974. En 2004 obtuvo el premio Nacional del Círculo de Críticos Literarios en la categoría de poesía por su colección "The School Among the Ruins".

Logró notoriedad a nivel nacional con su tercer título de poemas: "Snapshots of a Daughter-in-Law" en 1963. Al citar el poema que daba título al libro, el profesor de la Universidad de Maryland Rudd Fleming escribió en el Washington Post que "demuestra poéticamente lo difícil que es ser una mujer: una integrante del segundo sexo".

Rich y su esposo tuvieron tres hijos antes de que ella lo dejara en 1970, cuando el movimiento feminista brotó a nivel nacional. Retomó sus experiencias como madre para escribir "Of Woman Born", su reveladora crítica feminista al embarazo, el alumbramiento y la maternidad, publicada en 1976.

Ese mismo año se mudó con quien fue su pareja el resto de su vida, la escritora y editora Michelle Cliff.

Rich creía que el arte y la política no debían estar separados y se consideraba socialista.

"Para mí, el socialismo representa el valor moral, la dignidad y los derechos humanos de todos los ciudadanos" dijo al diario San Francisco Chronicle en 2005. "Es decir, los recursos de una sociedad deberían ser compartidos y la riqueza distribuida tanto como sea posible".

Rich fue profesora en muchos colegios y universidades, incluyendo Brandeis, Rutgers, Cornell, San Jose State y Stanford.

Ganó la beca MacArthur "genius", dos becas Guggenheim y muchos reconocimientos literarios, incluso el Premio Bollingen, la medalla a las artes creativas Brandeis, el premio de poesía Ruth Lilly y el premio Wallace Stevens.

Cuando el entonces presidente Bill Clinton le otorgó la Medalla Nacional de las Artes en 1997, Rich se negó a aceptarla por las "políticas cínicas" de esa administración.

En 2003, Rich y otros poetas se negaron a asistir a un simposio de poesía en la Casa Blanca para protestar por la invasión a Irak.

lunes, 27 de febrero de 2012

Yago School: no discrimines a los hijos de familias homoparentales

El colegio promueve en su web el respeto y la igualdad pero ha rechazado admitir a un niño de tres años que tiene dos padres

Creíamos que en el año 2012 nuestro hijo no tendría que sufrir la discriminación, la homofobia y el escarnio que durante años tuvimos que sufrir sus padres. Pero nos equivocamos. Sólo uniendo nuestras voces podremos conseguir que se acabe de una vez por todas con la discriminación contra las familias homoparentales. La sociedad no avanza sola, tenemos que empujarla entre todos.

Cuando nos tocó buscar colegio para nuestro hijo de 3 años, en Sevilla, uno de los que más nos gustó fue el Yago School. Un colegio bilingüe, privado, laico y mixto, que destaca en su página web valores con los que nos identificamos y nos gustaría inculcar a nuestro hijo: “el respeto a los Derechos Humanos y el diálogo”, “animar a los alumnos a cooperar con los otros, ser sensibles a las necesidades de los demás y respetar otras culturas, religiones y modos de vida”.
Así que les escribimos, dejando claro desde el principio que nuestro hijo tiene dos papás. En ese momento los valores de su web se transformaron en excusas para no admitirlo.

Nos contestaron al correo diciendo que no había plazas. Pero llamamos sin decir quienes éramos y de repente sí las había, incluso nos dieron una cita para visitar el colegio. Cuando nos identificamos, se les cambió la cara. Nos dijeron que había sido un error administrativo y que por supuesto no les importaba que fuésemos una familia homoparental. Sin embargo a los dos días nos llamaron para decirnos de nuevo que no había plazas porque el director había decidido adjudicárselas “a sus contactos y compromisos”.

El Yago School pregona la igualdad y la tolerancia. Su reglamento, disponible en su web, reconoce el derecho de sus alumnos “a la igualdad de oportunidades y a la no discriminación por razones de raza, religión, sexo, características físicas, extracción social o cualesquiera otras”. Pero en nuestro caso esto no ha sido cierto.

Es obvio que no vamos a enviar a nuestro hijo a esa escuela, pero nos parece inaceptable que un colegio utilice la igualdad y tolerancia como herramienta de marketing pero discrimine después a un niño que tiene un padre o dos, o una madre o dos.

Ayúdanos y pídele al Yago School a que se comprometa públicamente a terminar con esta discriminación, y a la Consejería de Educación que tome las medidas pertinentes en el asunto

http://actuable.es/peticiones/yago-school-discrimines-los-ninos-familias-gays