lunes, 25 de junio de 2012

Diversidad Familiar (Ofelia Vila)

Publicado en Levante-EMV el sábado 23/06/2012
http://www.levante-emv.com/opinion/2012/06/23/diversidad-familiar/915249.html

Cada vez que oigo al arzobispo Reig Pla verter sus opiniones acerca de los matrimonios entre personas homosexuales, me invade una fuerte sensación de indignación y tristeza. ¿Cómo un representante de jerarquía eclesiástica puede tener un conocimiento tan imperfecto de la realidad? La respuesta es obvia: no se relaciona con ella y eso le coloca en un estadio divino que nada tiene que ver con lo humano.


Algo parecido le pasa al Partido Popular, que sigue empeñado en no retirar el recurso que tiene interpuesto ante el Tribunal Constitucional en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Pero, ¿por qué le molesta? Es curioso que no permita su felicidad y en cambio, no se preocupe en absoluto de las miles de familias que tienen a todos sus miembros en paro, que van hacia la miseria por culpa de los ajustes que recortan derechos.

Por esa postura intransigente, este arzobispo y determinados dirigentes políticos no conocerán nunca la gratificante felicidad que emana de dos de mis amigas, que celebraron su matrimonio cuando se produjo la visita del papa a Valencia. No contaron con su bendición, pero, en un acto solemne, sí contaron con el apoyo, el cariño y la complicidad de las personas que tuvimos el honor de asistir al enlace. Ahora tienen una preciosa hija que las colma de alegría. Y no observo ninguna diferencia entre esta familia y las familias que la tradición bendice: las formadas por personas heterosexuales. Bueno sí, hay diferencias porque ellas han tenido que luchar contra la intransigencia, la incomprensión y el rechazo de la Iglesia y la derecha más conservadora.

Las dificultades que han pasado han desarrollado, más si cabe, su sentido de la solidaridad y el afán de defender su hogar y su familia con tesón. Y en este empeño, el amor que las llevó a unirse todavía se ha fortalecido más. Su hija es una niña preciosa, pizpireta y revoltosa que no tiene ningún tipo de trauma con los que amenazan la derecha más reaccionaria y algunos representantes de la jerarquía eclesiástica. Muy al contrario, crecerá con la riqueza de los valores que la diversidad familiar otorga a la sociedad.

En estos tiempos convulsos, no podemos renunciar a ese derecho básico que todo ser humano tiene: conseguir su felicidad, basada en la libre opción de elegir a la persona con la que compartir tu vida. Mucho nos ha costado conseguir que sean reconocidas legalmente las uniones diferentes a las que la tradición, las costumbres y la ordenanza religiosa nos habían impuesto, para que ahora las soflamas viscerales que se lanzan desde los púlpitos o desde algunos foros políticos nos restrinjan las libertades.

Por eso es tan importante participar en la manifestación del Orgullo LGTB, que hoy saldrá del Parterre en Valencia a las 19 horas. La defensa de los derechos laborales y sociales de este colectivo es inaplazable.

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