Después de trabajar me he ido al gimnasio. El nombre y el lugar no importa. Es mi gimnasio, al que voy desde hace algún tiempo y en el que estoy a gusto. La poca gente con la que he tenido contacto saben que soy lesbiana (algunos/as de ellos/as me vieron en la tele), a otros/as se lo hemos dicho nosotras (mi mujer también viene).
Hoy había coreografía nueva en Body Pump y la clase la ha impartido Ángeles. A esta monitora no la conozco demasiado, pero de lejos se intuye que es buena gente.
En un momento dado (concretamente en espalda) ha hecho un comentario sobre un movimiento de estiramiento calificándolo de mariconada, las palabras exactas han sido
"cuando me vean haciendo este movimiento, no es una mariconada, hay que hacerlo". A continuación risas y el complemento del típico gracioso que existe en todas partes diciendo
"no, no, eso no".Mi impulso ha sido contestar algo en ese momento pero rapidamente he pensado que era mejor terminar la clase y hablar en privado con la monitora. Eso es exactamente lo que he hecho. Me he identificado como lesbiana y coordinadora general del col·lectiu lambda y le he comentado que me había molestado un poco el comentario.
Gays y lesbianas hemos tenido que soportar y seguimos soportando en muchos espacios de nuestras vidas comentarios que nos han insultado, humillado y discriminado. La invisibilidad y/o la falta de autoestima hace que muchas personas no se sientan capaces de responder a esas agresiones, riendolas incluso en muchas ocasiones para "no levantar sospechas". Por ello es importante que lesbianas, gays, transexuales y bisexuales sigamos empoderándonos y fortaleciéndonos para tener la capacidad de enfrentarnos a este tipo de situaciones pidiendo respeto desde la tranquilidad, con argumentación y racionalidad. Las personas como Ángeles seguro que reflexionan y rectifican.
Todas y todos, homosexuales, transexuales y heterosexuales, hombres y mujeres, gentes de acá o de allá debemos tener presente en todo momento que las personas somos muy diversas y que una sola palabra puede estar haciendo daño a alguien.
Un día de estos colgaré algo que escribí hace unos meses sobre la contínua salida del armario de gays y lesbianas. La presunción de heterosexualidad predominante hace que tengamos que estar constantemente identificándonos como tales y el proceso de salida del armario no termina nunca. Pero esto lo dejo para otro día. Ahora buenas noches, que acabo de llegar de una reunión en el colectivo, son las 12 de la noche y me voy a dormir que mañana hay que trabajar. Por la tarde volveré a ir al gimnasio y quizá algo haya cambiado.